sábado, 30 de septiembre de 2006

St. Elmo, punto de encuentro

En 1985 vio la luz otra de las películas más representativas de la década y del tipo de cine de los ochenta, "St. Elmo, punto de encuentro" ("St. Elmo's Fire" en el original). Junto con "Rebeldes" y, sobre todo, "El club de los cinco", constituyó la cantera de actores más dilatada y fructífera de la época. Desde una perspectiva un poco más adulta, "St. Elmo, punto de encuentro" relata el salto a la vida laboral de un grupo de jóvenes tras su paso por la universidad.

La película se centra en los ideales que cada uno de ellos persigue, sus ilusiones y lo que desean hacer con su vida y su futuro, todo ello plagado de enquistadas tradiciones familiares, sentimentales y sociales. El valor de la amistad actúa como hilo conductor de una película en la que cada protagonista toma un camino distinto y, definitivamente, el grupo comienza a desmembrarse por las necesidades lógicas de reorganización personal y profesional.

Como en todas las películas de los ochenta, están claramente marcados los estereotipos humanos de la sociedad americana del momento: el yuppie que busca la vida laboral y familiar perfecta, la comprometida con la ayuda social a los más desfavorecidos, enamorada perdidamente de un amor imposible, el intelectual romántico escondido tras el devenir de la vida diaria, la vividora que derrocha alegremente mientras su alma sufre en silencio el olvido de los que no la quieren... Todo un mosaico que toma un cariz dramático y realista, muy representativo de la confusión que reinaba a mediados de los ochenta en una sociedad que desprendía pasión por los cuatro costados y luchaba por romper con todos los convencionalismos que la oprimían.

A pesar de que la película no resultó muy apreciada por la crítica, significó un punto de partida incomparable para sus jóvenes intérpretes, grupo denominado The Brat Pack. Tres de ellos, Emilio Estevez, Judd Nelson y Ally Sheedy participaron también ese mismo año en "El club de los cinco", abarcando papeles que representaban desde los 16 hasta los 22 años con una credibilidad pasmosa en ambos casos. Reaparece también en esta cinta Rob Lowe, presente también con anterioridad en "Rebeldes" y que ya se había convertido en una cara conocida de la gran pantalla. Por su parte, Demi Moore se perfila ya en esta película como la futura actriz dramática que años después otendría una notable fama por interpretaciones como las de "La séptima profecía", "Ghost, más allá del amor" o "Algunos hombres buenos". Otra de las caras que apareció en varias películas importantes a partir de su actuación en esta cinta fue Andrew McCarthy, que había debutado dos años antes en "Class" junto a Rob Lowe. Durante los 80 participó en películas juveniles para pasar en la década siguiente a la comedia insulsa y el telefilme. A finales de los noventa se convirtió en colaborador habitual de cine independiente y, como muchos de sus colegas, de conocidas series de televisión. Caso distinto fue el de Mare Winningham cerrando el grupo, que ya contaba con un largo historial como actriz de televisión en el momento de realizar "St. Elmo, punto de encuentro". De hecho, su carrera no varió demasiado a partir de entonces y, salvo alguna aparición en cine en contadas películas más o menos conocidas, su rumbo continuó firme en la televisión.

Para el director Joel Schumacher, "St. Elmo, punto de encuentro" fue el comienzo de su etapa de análisis de la juventud, que continuaría en parte en 1987 con "Jóvenes ocultos", aunque con temática totalmente diferente. "Línea mortal", de 1990, volvía a reunir a un grupo de jóvenes ávidos de nuevas experiencias y cambios vitales. Ya a finales de esa década su cine derivó hacia argumentos más comprometidos socialmente pero muy adaptados al thriller comercial, como "El cliente", "Tiempo de matar" o "Asesinato en 8 mm.".

En definitiva, aunque como he dicho no demasiado valorada, "St. Elmo, punto de encuentro" constituye una de las cintas más representativas de los 80, con unos diálogos muy inteligentes y ácidos, unos caracteres identificables con los jóvenes del momento (que se pueden trasladar a la actulidad salvando los 20 años de separación), mostrando sin doble moral el puesto que ocupan las drogas, el alcohol o el sexo en sus vidas y la importancia que dan a los valores familiares o los ideales políticos. Yo creo que hoy en día ya no se hacen películas tan sinceras.

viernes, 29 de septiembre de 2006

1.000 visitas

Este humilde blog acaba de superar las 1.000 visitas. Gracias a todos los que han dedicado parte de su tiempo a leerme o a comentar algún post, o a los que simplemente pasaban por aquí. Últimamente no he actualizado mucho porque he estado de vacaciones, que de vez en cuando también hacen falta.

He aprovechado también estos días para presentarme a mis primeras oposiciones, una experiencia francamente positiva que le recomiendo a todo el mundo :P (yo aprobé pero por poquito no pasé al segundo ejercicio). Ahora que ya dispongo de más tiempo continuaré escribiendo sobre mi vida, mis intereses, mis aficiones y todo lo que se me ocurra para evitar que caiga en el olvido.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Música de cine

Continuando con la semana ochentera que me ha poseído (tras el cabreo que ha supuesto que mi post de hoy se haya borrado por un error de blogger.com) me gustaría comentar algunas canciones que se hicieron conocidas por sonar en determinadas películas. Es el caso de "Take my breath away", del grupo Berlin, que se hizo famosa como tema de amor aéreo de "Top gun" en 1986. El dúo que aparece arriba (su look "totally 80's" no tiene precio) no tuvo ningún otro éxito musical, ni antes ni después del film que perpetuó esta canción e inició el ascenso a la fama de Tom Cruise.

Joe Cocker se convirtió en un asiduo del cine de la época, interpretando el tema romántico de "Oficial y caballero" en 1982, "Up where we belong", y repitiendo éxito en 1986 con el recordado y mil veces reutilizado como fondo de striptease "You can leave your hat on", santo y seña de los juegos eróticos de Kim Basinger y Mickey Rourke en "Nueve semanas y media". Otro de los músicos que tuvo bastante presencia en las cintas de los 80 fue Huey Lewis & The News, que realizó "The heart of rock & roll" para la película "Juegos de amor en la universidad" (interpretada por otra estrella en ciernes, John Cusack). El tema aparecería también posteriormente en "F/X Efectos mortales" y "Fuego con fuego", ambas de 1986. Pero la canción que más identifica a Huey Lewis y su banda con el cine es sin duda "The power of love", que sonó en la saga de "Regreso al futuro" interpretada por el inolvidable y siempre joven Michael J.Fox.

En cuanto al cine con argumento más musical, "Flashdance" (1983) contenía canciones de algunos de los intérpretes más conocidos por entonces, como Kim Carnes, Laura Branigan, Donna Summer o Irene Cara. En el caso de esta última, la película supuso su consagración como musa del género con la canción "Flashdance... what a feeling", tras haber cantado también el tema central de "Fama" en 1980. Por su parte, la película "Footlose", con papel protagonista de Kevin Bacon en 1984, consiguió lanzar a lo más alto de las listas el tema homónimo de Kenny Loggins, además de contar en su banda sonora con músicos de renombre como Eric Carmen, Bonnie Tyler o el grupo Foreigner con su éxito "Waiting for a girl like you". En este mismo apartado se incluiría también "Calles de fuego", una película de 1984 más cercana a la serie B (y por lo tanto al cine de culto) interpretada por Michael Paré y Diane Lane y con una banda sonora notable producida en gran parte por Ry Cooder.

Mención aparte dentro del género musical merece "Dirty dancing", de 1987, en la que se fusionaban canciones de los sesenta con sonidos más ochenteros como los de "Hungry eyes" de Eric Carmen, "She's like the wind", tema que el protagonista Patrick Swayze cantó expresamente para la película, o la canción más bailada y recordada "(I've had) The time of my life", interpretada por Bill Medley y Jennifer Warnes, ésta última habitual del cine de la época, puesto que ya había cantado junto a Joe Cocker el tema central de "Oficial y caballero".

Para terminar este breve e incompleto repaso a la música del cine de los 80, destacar el éxito de la canción "Ghostbusters", que todavía debe estar surtiendo con los derechos a su autor, Ray Parker Jr., tras sonar en la película de 1985 "Los cazafantasmas", en su secuela, en las series de televisión y en momentos nostálgicos de otros filmes más actuales. En el caso de "Nothing's gonna stop us now", del grupo Starship, la canción se convirtió en un clásico casi con independencia de su presencia en el film, también de 1985, "Maniquí", que casi nadie recordaría si no fuera por el tema musical en cuestión.

domingo, 24 de septiembre de 2006

Rebeldes (The outsiders)

Sin ser considerada una película típica de los ochenta, "Rebeldes (The outsiders)" constituye una de las bases imprescindibles de la nueva generación de actores de esa década y la siguiente. La película en sí, dirigida por el desigual Francis Ford Coppola en 1983, es una adaptación del libro de Susan E. Hinton (que también tiene un pequeño papel en la película), correcta pero en la que muchos lectores echaron en falta pasajes destacados de la novela.

El argumento desentraña las ilusiones de un grupo de jóvenes marginales enfrentados con una banda rival que tantean con diferente suerte el paso de la adolescencia al mundo adulto. El mayor mérito del film fue sin duda abrir paso a un grupo de intérpretes jóvenes y desconocidos que a partir de entonces construyeron unas provechosas carreras. No puedo evitar hacer un pequeño repaso:

Matt Dillon: Había participado ya en unas cuantas películas menores cuando realizó "Rebeldes". Francis Ford Coppola lo reclutó también para la adaptación de "La ley de la calle" ese mismo año, otra novela de S.E. Hinton. Desde esta película mantuvo una carrera muy seria y coherente, acercándose al cine independiente y eligiendo papeles arriesgados que no siempre han funcionado bien. Personalmente, es un actor que me encanta.
Ralph Macchio: "Rebeldes" fue su primera interpretación en la gran pantalla, llevando el peso de gran parte de la película. Al año siguiente comenzó la saga de "Karate Kid", por la que es aún hoy en día recordado, pero su carrera no cuajó y su lista de películas de cine apenas alcanza la decena desde la última entrega del karateka.
C. Thomas Howell: Junto con los dos anteriores, ostentaba el protagonismo del film. Descubierto el año anterior con un papelito en la inolvidable "E.T. El extraterrestre", se convirtió en uno de los actores más prometedores de la década de los 80, con varias interpretaciones en películas juveniles. Pero su trabajo fue derivando hacia la serie B y la televisión, donde se ha mantenido sin fisuras, alternando con algún pequeño papel en películas más destacadas pero sin llegar a convertirse en la estrella que prometía.
Patrick Swayze: Era el mayor del grupo, con más de 10 años de diferencia sobre los otros, aunque su carrera cinematográfica se inició igualmente con "Rebeldes" tras algunas actuaciones menores. Su papel en la serie de TV "Norte y sur" le dio gran popularidad en la pequeña pantalla pero su momento no llegaría hasta 1987 con "Dirty dancing", cuento romántico que le dio la fama suficiente como para permitirse no acertar demasiado con sus elecciones posteriores. En 1990 "Ghost" le llevó de nuevo a la primera línea, a la que siguieron unas cuantas películas destacables como "La ciudad de la alegría" o "Le llaman Bodhi", sin que ninguna llegara a despojarle del papel de profesor de baile de "Dirty dancing" (en 2004 participó en la secuela...).
Rob Lowe: Fue uno de los que mejor aprovechó su presencia en "Rebeldes". Se convirtió en un icono juvenil, apareciendo en varias de las películas más importantes de los años 80 en lo que a reparto se refiere ("St. Elmo, punto de encuentro", "Class" o "El hotel de New Hampshire"). Su carrera derivó hacia el thriller próximo a la serie B y la televisión, donde no ha dejado de trabajar, haciendo también pequeños cameos en comedias de culto como "Wayne's World" o la saga de Austin Powers.
Emilio Estévez: Es el único presente en los tres films más significativos de los 80: "Rebeldes", "El club de los cinco" y "St. Elmo, punto de encuentro". Tocó tanto el drama como la comedia durante la década, acercándose en los 90 al cine de acción y finalizando su carrera más próximo a la televisión. Digamos que su prometedora carrera tampoco funcionó del todo a pesar de su explosión de fama en sus inicios.
Tom Cruise: Sin duda, la estrella del pack. Sin embargo, en "Rebeldes" tenía un papel casi testimonial, sin ningún protagonismo pero del que supo sacar provecho para encauzar su carrera. Se tomó su ascenso con mucha calma, trabajando en menos cintas que sus compañeros de la época y seleccionando cuidadosamente sus papeles. El gran salto a la fama lo dio con "Top Gun" en 1986 y a partir de ahí quiso despojarse de su imagen juvenil metiéndose de lleno en interpretaciones dramáticas que le valieron críticas muy positivas y un nombre dentro de la industria cinematográfica. Ha conseguido que todas sus películas sean conocidas, independientemente de su calidad.
Diane Lane: Aunque no está incluída en el pack masculino, su participación en "Rebeldes" constituye también el nacimiento de una gran actriz. Formó parte del reparto preferido por Francis Ford Coppola, participando en "La ley de la calle" junto a Matt Dillon y un año más tarde en "Cotton Club" al lado de Richard Gere. Durante esos años trabajó en varios thrillers más o menos conocidos, experimentando un rebrote del éxito en su carrera ya próxima a la madurez de los 40 con el cine independiente.

Poco que decir del director de culto Francis Ford Coppola, que a la hora de ponerse al mando de "Rebeldes" ya contaba en su haber con alguna de las películas más grandes de la historia del cine como "El Padrino" o "Apocalypse now". Por todos es conocida su capacidad para arruinarse dirigiendo y produciendo estrepitosos fracasos (el musical "Corazonada" constituye uno de los ejemplos más sonados), de igual modo que su genialidad ha permitido que siempre salga a flote de nuevo y vuelva a la carga con películas destacadas como "Dracula, de Bram Stoker" y produciendo los éxitos independientes de su hija Sofia Coppola ("Las vírgenes suicidas", "Lost in traslation"), que parece ser que ha heredado el talento de su padre.

viernes, 22 de septiembre de 2006

Todo en un día

Si de películas ochenteras hablamos, John Hughes es, sin duda, nuestro director. Desde la ya nombrada "El club de los cinco" (1985) hasta la considerada como mejor comedia juvenil de la época "Todo en un día" (Ferris Bueller's day off, 1986), dirigió también "16 velas" y escribió "La chica de rosa" (ambas con su actriz fetiche Molly Ringwald) y realizó "La mujer explosiva" y "La loca aventura del matrimonio", esta última más cercana al drama. Aunque a partir de los años noventa abandonó la dirección para dedicarse en exclusiva a su labor de guionista (de comedias sosas y facilonas, todo hay que decirlo) nos ha dejado varios de los mejores títulos del cine teen americano de todos los tiempos.

"Todo en un día" tuvo un enorme éxito entre el público adolescente. Interpretada por en su papel protagonista por Matthew Broderick, ya conocido por entonces gracias a sus trabajos en "Juegos de guerra" y "Lady Halcón", contaba la historia de un día en la vida de Ferris Bueller, un chico de 17 años que decidía pasar de ir al instituto y pasear por Chicago con su mejor amigo y su novia. Parece un planteamiento simple pero la película está repleta de momentos graciosos, muchos de ellos absurdos, ciertamente, pero bien estructurados y además contados a cámara por el propio Ferris, consiguiendo así una complicidad con el espectador.

Curiosamente, el mismo fin de semana que se estrenó, la película compartió cartel con otra estrella juvenil que despuntaba por entonces: Tom Cruise en "Top Gun". Recordemos que el propio Cruise había interpretado tres años antes otra cinta con muchos puntos en común con "Todo en un día". Se trataba de "Risky business", en la que Joel aprovechaba la ausencia de sus padres para hacer realidad todas sus fantasías, incluídas las sexuales con la ayuda de la casi debutante Rebecca De Mornay.

Estas películas son importantes en la historia del cine por dos razones: la primera, por lo que significaron en su momento; a pesar de que ahora muchos las consideren estúpidas, constituyeron grandes éxitos de crítica y público y sentaron las bases para muchísimas cintas posteriores. Y en segundo lugar, la increíble cantera de actores y actrices que surgió de aquel cine sólo es comparable a la siguiente hornada teen que tuvo lugar a finales de los noventa y principios de esta década con las películas de terror adolescente.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

El club de los cinco

El cine de los 80 tiene como una de las películas más emblemáticas de la década a "El club de los cinco", una cinta de John Hughes, director habitual de cine teen, que narra las desventuras de cinco adolescentes que son castigados con permanecer un sábado entero en la biblioteca de su instituto en Chicago. Para algunos de ellos su presencia allí junto con los otros constituye propiamente el mayor castigo.

Paro a medida que avanza el día van descubriendo poco a poco sus personalidades, sus miedos y sus ilusiones, construyendo unos lazos afectivos que difícilmente podrán mantener por las diferencias sociales que les separan.

La película en sí me parece una reflexión profunda de los tópicos estudiantiles y los análisis de clases sociales. No podemos decir que no se ciña a la realidad puesto que todos hemos vivido en el colegio la presencia del chapón de la clase, el rebelde, la niña pija... o lo hemos sido nosotros mismos. Son típicos tópicos, cierto, pero son reales. El argumento es simple pero al mismo tiempo desentraña una gran variedad de sentimientos propios de cada estilo de vida, comprobando también que ninguna postura está tan alejada bajo las mismas condiciones. He leído críticas sobre la película que la tachan de típica y estúpida, ante lo que no puedo más que discrepar y señalar que para mí "El club de los cinco" es una de las mejores películas que se han hecho con temática juvenil y con unas interpretaciones brillantes que han soportado con valentía el paso de los años. Recordemos que esta cinta fue la base de cientos de comedias juveniles que se produjeron en años posteriores, por lo que hoy en día puede parecer que la historia no es original pero en su momento, hace ya 21 años, sí que lo fue.

Me gustaría hacer una pequeña reseña de cada uno de los intérpretes, muchos de ellos aún hoy conocidos por sus papeles en "El club de los cinco":
Molly Ringwald (la princesa): Es sin duda la estrella del cine teen de los ochenta. Protagonista de muchas de las películas juveniles representativas de la época y recordada en películas actuales con nostalgia. Siguió haciendo cine tras "El club de los cinco" hasta que creció y dejó de ser el símbolo adolescente y pelirrojo que la había catapultado a la fama. Ninguna de sus cintas de adulto contó con demasiado éxito, aunque sí tuvo buenas críticas en sus trabajos de teatro, en los que se ha centrado en los últimos años. Destacar que realmente tenía 16 años cuando interpretaba personajes de 16 años :P
Emilio Estévez (el atleta): Posiblemente el más conocido del quintento protagonista. Ya se había dado a conocer en el famoso grupo de la cantera de "Rebeldes" en 1983 y después enfocó más su carrera hacia el cine de acción. Sus elecciones no han sido demasiado acertadas, con comedias flojillas y abundantes intervenciones en televisión en los últimos años. También dio el salto a la dirección, realizando algunos capítulos en series conocidas como "CSI".
Judd Nelson (el criminal): Fue quizás el personaje más recordado de los cinco, por su irreverencia, sus salidas de tono y su rebeldía. Apenas había hecho un par de películas cuando interpretó "El club de los cinco" (vocación tardía) y tampoco a posteriori intervino en cintas destacables. Participó en numerosas series B y a finales de los noventa también tomó el camino de la televisión. Me sorprendió gratamente su papel de sheriff en "Jay y Bob el silencioso contraatacan" en 2001, sobre todo porque conociendo al director, Kevin Smith, puedo creer que le ofreció el papel acordándose de su Jack Bender de "El club de los cinco".
Ally Sheedy (la inconformista/irresponsable): (Pongo los dos porque el doblaje español usa inconformista al principio de la película e irresponsable al final). Conocida también en los ochenta por sus intervenciones en cintas juveniles, poco a poco fue derivando sus actuaciones hacia los telefilmes con poca o nula repercusión. Se reencontró con la gran pantalla ocasionalmente pero su trabajo como actriz de cine ha ido decreciendo en los últimos años, apareciendo más en algunas obras de teatro de Broadway.
Anthony Michael Hall (el cerebro): Participó también en algunas comedias teen de la época pero después tuvo problemas para seguir trabajando por su imagen aniñada. Tenía, al igual que Molly Ringwald, gran credibilidad en sus papeles adolescentes por representar la misma edad que tenía en la realidad, pero al ir creciendo se desubicó y le costó encontrar películas en las que su imagen encajara. Se prodigó en series B y pequeños papeles en películas más conocidas, además de las típicas apariciones en series de televisión. Como anécdota, interpretó a Bill Gates en el telefilme "Piratas de Silicon Valley" en 2001.

Referencia aparte merece la música de "El club de los cinco", con el plato fuerte del tema principal "Don't you (forget about me)" de Simple Minds, que hoy ilustra este post y durante toda esta semana sonará en el blog. Esta banda escocesa surgió a finales de los 70 con Jim Kerr a la cabeza y con un sonido new wave cercano al punk y al rock. Gracias a la película se hicieron conocidos a gran escala y tuvieron un gran éxito en la década de los ochenta y principios de los noventa, a pesar de que la canción no era original suya, sino compuesta por Keith Forsey. Hoy en día, Simple Minds siguen publicando discos, aunque no están en la primera plana de las listas de ventas. Durante su existencia han variado infinidad de veces su formación y han colaborado en varios proyectos benéficos. Personalmente, tengo un par de discos suyos que me encantan, que coinciden con su apogeo musical, pero les he perdido la pista y apenas sé cómo suenan hoy por hoy. Pero el simple hecho de haber puesto banda sonora a los sueños de miles de adolescentes les autoriza para estar aquí.

martes, 19 de septiembre de 2006

Sudoku

La primera vez que me plantearon hacer un sudoku pensé que sería incapaz de resolverlo. Por todos es conocida mi torpeza y falta de lógica en todo lo relativo a números, así que deduje que aquello del sudoku no era para mí. Pero ¡ay!, no hagáis el primero porque luego no podréis parar.

Hace unos dos años que GeekDraz y yo comenzamos a hacer sudokus competitivos, cronometrando el tiempo y subiendo la dificultad de los mismos a medida que nuestras marcas mejoraban. El primero que finalizamos nos llevó unos 50 minutos... en modo fácil :D En los últimos meses ya bajamos de los 10 minutos en modo difícil, con lo que se demuestra que toda habilidad depende del esfuerzo, el tiempo que se le dedique, la repetición de patrones y también, por supuesto, la claridad de ideas y una mente despejada y centrada. Con el tiempo hemos perfeccionado también nuestras técnicas para llegar a las soluciones.

La Wikipedia dispone de una referencia muy interesante sobre la procedencia del sudoku y sus múltiples variantes, así como los métodos de resolución. Si todavía no habéis intentado hacer ninguno os recomiendo que probéis, sin ningún miedo, porque puedo asegurar que no se necesita ser un genio de las matemáticas para resolverlos. En la página de WebSudoku se generan millones de puzzles diferentes con distintas dificultades y con pequeñas ayuditas para comprobar si vas por el buen camino o has metido la pata en algún número. Creedme, acaba siendo muy divertido, entretenido y adictivo.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Y de repente, un ángel

Que un libro sea finalista o incluso ganador de un premio de literatura no significa que la obra en cuestión vaya a ser buena o entretenida. En algunos casos es simplemente una cuestión de marketing y promoción de autores que poco tiene que ver con la solidez de la novela. Elegí leer este libro no por su autor, al que no conocía, ni por su condición de finalista del Premio Planeta 2005, sino por la portada (sí, una vez más) que me inspiró una gran ternura junto con el título.

"Y de repente, un ángel" es una novela sencilla, en la que el peruano Jaime Bayly cuenta una historia humana y muy tierna. Su protagonista es un escritor que vive rodeado de suciedad y dejadez en su casa y es conminado por su novia a solucionar el problema si quiere que ella siga visitándolo para mantener apasionados encuentros sexuales. Ante semejante amenaza, Julián Beltrán, que así se llama el personaje, decide contratar a una mujer ya madura para que le ayude con las labores domésticas. La llegada de esta mujer a su vida despierta en él un extraño instinto de protección. Mercedes es una señora que vive sola, sin familia, a la que su madre vendió de pequeña para servir en una casa. Beltrán se pone como meta propiciar un encuentro entre la madre de Mercedes y la mucama, despertando al mismo tiempo en él relaciones familiares dormidas con sus padres, con los que no trata desde hace años.

Últimamente los temas familiares me tocan un poco más de lo normal, supongo que por mi situación de lejanía con mi familia. El hecho de que el protagonista del libro se alejara de sus padres por una cuestión de dinero y ahora, con su padre enfermo, se niegue a reconciliarse, hace pensar en las cosas que merecen la pena y las que no. Las personas no cambian, estén enfermas o sanas, y el hecho que propició el desencuentro sigue ahí, pero ¿cuánto cuesta comprender y perdonar? El viaje que Beltrán hace con Mercedes en busca de su madre, el reencuentro agridulce de las dos mujeres y, sobre todo, la actitud de Mercedes ante una madre que la abandonó pero con la que mantiene un inexplicable lazo de afecto, hacen que el joven escritor se decante por dar una oportunidad a su padre antes de morir.

Es una obra tierna pero sin moralina, con sus puntos de dureza y también sus toques de humor, dentro de un conjunto narrativo muy armonioso, recomendable para una lectura tranquila y sosegada. En general el libro me gustó mucho aunque el final no me llenó del todo; me dio la impresión de que somos muchos los escritores que patinamos a la hora de dar un final a nuestras obras. Digamos que es una novela sin nada demasiado nuevo pero también sin nada demasiado malo.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Jungla de cristal

Una de las primeras películas que compré en VHS fue "Jungla de cristal", para muchos una de las mejores cintas de acción de todos los tiempos. Bruce Willis, conocido hasta entonces por su papel de detective ligón en la serie de TV "Luz de luna", daba un exitoso giro a su carrera interpretando el personaje de John McClane, un policía de Nueva York que se ve envuelto en una trama terrorista mientras visita a su mujer que trabaja en Los Angeles.

Si a estas alturas aún no la has visto, aparte de hacer muy mal, no leas el post porque está repleto de spoilers.

"Jungla de cristal" se encontraba entre las grandes producciones de acción que se realizaron en los años ochenta. Junto con las películas de Arnold Schwarzennegger, el otro héroe de acción por excelencia, la "jungla" entró a formar parte de un tipo de cine que seguía unas premisas típicas pero al mismo tiempo con un desarrollo entretenido: un héroe inteligente y fuerte, un villano cruel (normalmente mercenario, traficante o terrorista... o las tres cosas), un escenario llamativo y una chica en apuros. Sí, realmente también podría estar hablando de cualquier película de Jackie Chan :P Pero "Jungla de cristal" sorprendió por su guión bien trabajado (basado en una novela de Roderick Thorp), su ritmo imparable y unos efectos especiales más que destacables que, aún hoy, casi 20 años después, no desmerecen a muchas películas actuales. Además, muchos descubrimos en la interpretación de Alan Rickman como el terrorista Hans Gruber, al prototipo de malvado con el que compararíamos a muchos malos posteriores.

Uno de los puntos que la película tiene más a su favor son los diálogos, ágiles, mordaces y en general muy bien traducidos en la versión doblada al español ("Now i have a machine gun. Ho ho ho." escrito en la camiseta del terrorista muerto y "me cago en la leche puta qué es esto!?" del policía navideño cuando le cae un cadáver encima del coche tirado por McClane desde la azotea son dos de mis favoritos, sin olvidar el conejito de Duracell). En la película, como es de esperar, ganan los buenos y su éxito abre puertas tanto a su protagonista principal Bruce Willis como a su director, John McTiernan, que se consagraba como realizador de acción después de haber dirigido el año anterior "Depredador".

Pero como era de esperar, llegó la segunda parte. Y como también era esperable, nunca segundas partes fueron buenas. Aprovechando el gran éxito de "Jungla de cristal", dos años después se hizo "La jungla 2: Alerta roja". En este caso también se basaba en una novela, de Walter Wager, pero toda la historia está cogida por los pelos y acaba siendo más de lo mismo, aburrida, predecible y con falta de ideas.
John McClane, interpretado de nuevo por Bruce Willis, se encuentra en un aeropuerto donde unos mercenarios amenazan con estrellar un avión si no se accede a sus peticiones (eso nos suena más hoy que entonces). La dirección corrió a cargo de Renny Harlin, que en su haber contaba hasta entonces con cosas como "Pesadilla en Elm Street 4" (sí, impresionante) y que después de esta parte de "la jungla" dirigió también cintas como "Máximo riesgo", "La isla de las cabezas cortadas" o "Memoria letal", todas encabezando las listas de las peores películas de la historia. Ni siquiera el malo de esta segunda parte, Franco Nero, contaba con la entidad suficiente para hacer creíble la trama, así que la película decepcionó mucho y se olvidó pronto.

Viendo los resultados de esta entrega de la saga, John McTiernan retomó la serie en 1995 para sacar a la luz "Jungla de cristal. La venganza", con un Bruce Willis ya convertido en un seguro de taquilla para sus películas y la presencia de Samuel L. Jackson, que recientemente había sido colocado en un primer plano cinematográfico gracias a su interpretación en "Pulp Fiction" a las órdenes de Tarantino.

En esta tercera parte se enfatizó el humor, los diálogos corrosivos y las escenas de acción tomaron un estilo más actual, propio de la década de los noventa. El villano aquí estaba interpretado por Jeremy Irons en el papel de Simon Gruber, hermano del cabecilla de los terroristas en la primera "jungla". De este modo se enlazaba la primera con la tercera parte omitiendo la existencia de la segunda.
Ésta ha sido una práctica habitual en muchas trilogías con una segunda entrega demasiado precipitada que pretende aprovechar el tirón de la inicial y resulta casi siempre fallida (salvo excepciones).

Sin llegar a la calidad de la primera, desde mi punto de vista, se trata de una película de fácil visionado y con diálogos mucho más enfocados a despertar las risas del espectador ("No me llamo Jesús, me llamo Zeus, como el Dios del monte Olimpo, el de no me toques los cojones que te meto un rayo por el culo"). También se incluye el llamamiento al ingenio a través de los problemas y juegos que plantea el personaje de Irons, lo que hace que la película transcurra de forma más ágil y entretenida. Indudablemente es mejor que la segunda, aunque la original siempre guardará un algo que la hace insuperable.

En estos momentos, la cuarta entrega de la serie se encuentra en período de pre-producción, con fecha de realización estimada para el 2007. Los datos que hasta ahora se conocen de este nuevo film son la presencia de Bruce Willis, la novedad en la dirección de Len Wiseman, joven director conocido por "Underworld" y que la película llevará en principio el título original de "Live free or die hard". El argumento parece versar sobre ataques terroristas a los Estados Unidos a través de internet... esperemos que hagan buen uso del tema, porque visto así no promete mucho :P

miércoles, 13 de septiembre de 2006

Radio Futura

Recién estrenados los ochenta sonaba con fuerza un grupo que llegó a ser considerado el mejor conjunto de rock español de todos los tiempos: Radio Futura. Con influencias punk y de la música electrónica, obtuvieron un éxito inesperado con sus primeros trabajos y comenzaron a realizar continuos cambios en la banda en busca de nuevos sonidos.

Aunque yo ya había escuchado algunos de los temas más famosos del grupo, mi conocimiento profundo de Radio Futura llegó en la época de la facultad, a través de un compañero que me prestó tres o cuatro discos suyos. Con ellos descubrí un sonido más duro, distinto del pop al que yo estaba más acostumbrada, y letras bastante más áridas que despertaron en mí un cierto interés. Las canciones, compuestas casi en su totalidad por los hermanos Santiago y Luis Auserón, hablaban de historias mundanas y marginales, tristes y crueles. Ambos eran el alma del grupo, volviendo hoy al panorama musical como dúo después de sus proyectos por separado.

La canción que he elegido se incluye en su disco "La canción de Juan Perro", publicado en 1987. Se trata de "Annabel Lee", un precioso tema traducción directa de un poema de Edgar Allan Poe.

Hace muchos, muchos años, en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mí.

Éramos sólo dos niños mas tan grande nuestro amor
que los ángeles del cielo nos cogieron envidia
pues no eran tan felices, ni siquiera la mitad
como todo el mundo sabe, en aquel reino junto al mar.

Por eso un viento partió de una oscura nube aquella noche
para helar el corazón de la hermosa Annabel Lee
y luego vino a llevársela su noble parentela
para encerrarla en un sepulcro en aquel reino junto al mar.

No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida hermosa, mi vida, mi esposa.

Nuestro amor era más fuerte que el amor de los mayores
que saben más, como dicen, de las cosas de la vida
y ni los ángeles del cielo, ni los demonios del mar
separarán jamás mi alma del alma de Annabel Lee.

No luce la luna sin traérmela en sueños
ni brilla una estrella sin que vea sus ojos
y así paso la noche acostado con ella
mi querida, hermosa, mi vida, mi esposa.

En aquel sepulcro junto al mar
en su tumba junto al mar ruidoso.

Hace muchos, muchos años en un reino junto al mar
habitó una señorita cuyo nombre era Annabel Lee
y crecía aquella flor sin pensar en nada más
que en amar y ser amada, ser amada por mí.

martes, 12 de septiembre de 2006

Vida en Japón

Desde hace un tiempo visito habitualmente un blog de lo más interesante, llamado "Vida en Japón", publicado por Azul, una paraguaya descendiente de japoneses que vive desde hace 16 años en la ciudad de Yokohama. La intención del blog, como ella misma cuenta, es dar a conocer las peculiaridades de la cultura, las costumbres, la educación, la gastronomía y cualquier otro aspecto de la vida japonesa. Azul relata cómo transcurre la jornada laboral en su país, lo que hacen sus hijos en el colegio, las tradiciones y cómo prepara algunas comidas típicas (de lo más apetecible) todo con fotos tomadas por ella misma en la mayoría de los casos.

Me ha parecido muy interesante conocer de primera mano cómo se vive en un país muy admirado por las culturas occidentales y de deseada visita para muchos frikis que ansían acercarse al mundo manga, los otaku y la cuna de la tecnología moderna. He incluído el blog en mi sección de links permanentes para un acceso fácil si queréis visitarlo (os lo recomiendo).

domingo, 10 de septiembre de 2006

Constantine

Los amantes de los cómics llevan de enhorabuena unos cuantos años, desde que comenzaron a producirse como churros películas basadas en ellos. Dentro de esa sobredosis de cine de tebeo, rescataron también a un héroe a su pesar cuya misión en el mundo es luchar contra el mal: "Constantine". Aunque yo no he leído "Hellblazer", sus lectores aseguran que es una serie más que destacable y muchos de ellos no han visto con malos ojos su adaptación al cine.

Comenzando por mi opinión personal, "Constantine" (2005) me resultó muy entretenida a pesar de los consabidos tópicos del cine de demonios y un final un tanto flojo. La película cuenta con casi todos los ingredientes para mantener al espectador atento a la pantalla y para que simpatice con los protagonistas. En este punto no comparto muchas opiniones que ven en la interpretación de Keanu Reeves un sucedáneo de su Neo en "Matrix", aunque es indudable que muchos cinéfilos jóvenes lo relacionan con ese personaje por la repercusión que la trilogía y sus videojuegos han tenido entre el gran público. Recordemos que el actor ya había intervenido en más de 20 películas en los años anteriores y así sin pensar me vienen a la cabeza "Le llaman Bodhi", "Speed" o "Pactar con el Diablo" antes que "Matrix". Los detalles comunes pueden ser algunas escenas de acción, la expresión de Keanu Reeves, que ciertamente no es demasiado rica en matices, y el típico enfrentamiento entre buenos y malos en sus mundos paralelos, pero fuera de eso yo no veo muchas más similitudes entre una cinta y otra.

He leído también algunas críticas que comentan que la película entretiene pero es mediocre. Bueno, yo no metería los calificativos "entretenido" y "mediocre" en el mismo saco, porque si algo contiene el suficiente interés para permitir que pase un rato agradable ya puedo considerarlo algo mejor que mediocre. En mi caso la considero una película bastante buena, con toda la coherencia que permite un argumento sobrenatural, interpretaciones correctas, realización y efectos especiales notables (teniendo en cuenta la dificultad de hacer creíble una manada de demonios desbocados) y desenlace interesante. Insisto en que si una película consigue entretener y despierta un par de luces a la reflexión o a la conversación de café, ya merece la pena.

Por otra parte, también se deja ver en el film una estética de vídeo-clip muy colorista, con un montaje acelerado, que se puso de moda a finales de los noventa y ha continuado hasta hoy, de la mano en este caso de Francis Lawrence, director de vídeos musicales de artistas como Jennifer López, Green Day o Britney Spears. El propio Lawrence está filmando ahora la adaptación cinematográfica de "Soy leyenda", libro que comenté hace unas cuantas semanas y que contará con la interpretación de Will Smith (confiemos en que se contenga puesto que el papel asignado así lo requiere...).

sábado, 9 de septiembre de 2006

Matando dinosaurios con tirachinas

He descubierto alarmada que no recuerdo la mayoría de los libros que leí hace 3 años o más. Me gustaría comentar algunos que me causaron una buena impresión pero temo no ser fiel a lo que sentí al leerlos o a las reflexiones que me provocaron y dejarme llevar sólo por vagos recuerdos y generalidades. Por ello, creo que debo releer muchos y actualizar mis criterios.

Es por esto que sólo me atrevo a postear sobre libros de lectura reciente, sobre los que tengo una opinión clara y fresca. Lamentablemente, las últimas novelas que han caído en mis manos no se encuentran entre mis favoritas.

Es el caso de "Matando dinosaurios con tirachinas", de Pedro Maestre (el muchacho de la foto, a falta de portada digna de la novela en cuestión). El libro venía precedido de una cierta fama por haber sido galardonado con el Premio Nadal en 1996, y su autor considerado como uno de los nuevos valores de la literatura española. Pues bien, el libro me pareció un auténtico rollo. Básicamente, tiene una cosa que no me gusta: está escrito sin usar ningún signo de puntuación, por lo que su lectura resulta, a mi modo de ver, pesada, confusa, incómoda y aburrida. Cuenta una historia altamente autobiográfica con la que, en un principio, podría identificarme, dado que relata los pormenores de la vida de un recién licenciado en paro con la ilusión de convertirse en escritor. Pues tampoco por ahí me engancha la novela. Tiene un par de reflexiones interesantes pero no me aporta nada nuevo sobre lo que pensar ni me produce ninguna sensación destacable fuera de las ganas de terminar el libro de una vez.

Cuando me ocurren este tipo de cosas, es decir, cuando me encuentro con un libro que no me dice nada cuando a todo el mundo parece haberle dicho bastante, me planteo si mi manera de enfocar la literatura es errónea o debería ver algo más allá de donde lo veo. No tengo ánimo de sentirme diferente a los millones de personas que han podido disfrutar con la lectura de "Matando dinosaurios con tirachinas", pero obviamente tampoco voy a rendirme a la opinión de la mayoría cuando la mía propia no tiene nada que ver con la imperante. Luego razono los miles de factores que influyen en que algo nos guste o no nos guste y me dejo de pensar tonterías :D Como todos sabemos, ganar un premio no garantiza la calidad del producto y, aunque la calidad no se pusiera en duda, en ningún caso garantizaría la aceptación por igual de crítica y público. Y yendo aún más allá, soy libre de que me guste lo que me dé la gana :P

Hasta ahora no me he atrevido a leer nada más de Pedro Maestre (ha publicado dos o tres novelas más, tengo entendido). Si lo hago, algo poco probable por ahora, os trasladaré mis pareceres.

viernes, 8 de septiembre de 2006

Gran Hermano

Hace ya casi 7 años que aterrizó en las televisiones españolas el formato del reality show, un programa televisivo importado de Holanda bajo el título de "Gran Hermano" y que instauró la fórmula del concurso de convivencia en la mayoría de los países desarrollados. El programa consiste en reunir en una casa, aislados del mundo exterior, a un grupo mixto de concursantes que son grabados las 24 horas por cientos de cámaras instaladas en las distintas habitaciones. En España la primera edición, emitida en Telecinco a principios del 2000, se convirtió en un rotundo éxito, lanzando a la primera plana de todos los medios de comunicación a personas anónimas que habían accedido a vivir públicamente durante unos tres meses a cambio de una suculenta compensación económica.

Ayer comenzó en la misma cadena privada la octava edición de "Gran Hermano", con 14 conejillos de indias que desde hace tiempo ya saben a lo que se exponen. Yo me enganché a GH en la segunda edición, cuando comenzaron las emisiones de 24 horas ininterrumpidas (o sólo interrumpidas por las interminables imágenes del acuario :P) y me fascinó el valor psicológico de ver a tus congéneres mostrando "casi" todo su comportamiento real. Desde entonces no he dejado de seguir ningún programa, creándome opiniones propias sobre cada concursante y analizando cada actitud y cada reacción con un interés creciente.

Supongo que habrá muchos que piensen que "Gran Hermano" es un programa para incultos, para chismosos, que sólo busca enfrentamientos y sexo entre los participantes... Puede ser, pero a mí personalmente me entretiene mucho más que el "humor inteligente" que tanto alaban otros :P Soy por naturaleza curiosa, así que me gusta ver cómo viven otros, cómo actúan, cómo piensan, cómo reaccionan ante determinadas situaciones, cómo hablan... El interés humano en ese aspecto creo que no tiene límites en un reality como GH. No siempre estoy de acuerdo con las votaciones (yo nunca he votado ni he mandado un sms para salvar a nadie, no soy solidaria en ese aspecto :D) y tengo mis propios ganadores de cada edición, pero eso no evita que disfrute viendo la evolución que sufre cada participante, las estrategias y la fluctuación de los apoyos semana a semana.

Eso sí, he de decir que cada año eligen concursantes más inteligentes, con más estudios, más educación (al menos a primera vista...), también más raros, ciertamente, y eso garantiza pruebas asimismo más trabajadas e interesantes para el espectador. Sin ir más lejos, el concursante irlandés de la presente edición, Kiran, comentaba ayer con un compañero la procedencia de la figura del "gran hermano", presente en el libro "1984" de George Orwell, y también nombraba la obra "Un mundo feliz" de Aldous Huxley como ejemplo de críticas a la utopía. Lo malo de eso es que todas esas conversacioens jamás se verán en un resumen del programa, puesto que un alto porcentaje de espectadores se aburriría y pediría tetas y gritos, que ésa es la fama que tiene "Gran Hermano". Y si alguien intenta discrepar de este planteamiento le sugeriría que saliera un sábado por la noche a las zonas de marcha para que vean lo que realmente les interesa a los jóvenes de hoy (déjame coger el bastón...).

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Red Hot Chili Peppers

Si existe algún grupo que no cante en español y que me haya llenado lo suficiente como para tener varios discos suyos ese grupo es sin duda Red Hot Chili Peppers. A pesar de que los conocí hace relativamente poco tiempo (unos 6 ó 7 años, cuando ya llevaban unos 20 haciendo música) enseguida me llegaron con sus locuras, su sonido inconfundible y sus ritmos cargados de fuerza. Así comencé a recopilar todo lo que habían editado hasta el momento y a disfrutar de un tipo de música al que hasta entonces no había prestado demasiada atención, con una mezcla de rock, punk y funk.

Hoy por hoy, el grupo está compuesto por Anthony Kiedis (voz) y Flea (bajo), amigos desde el colegio y fundadores de la banda, acompañados por Chad Smith (batería) y John Frusciante (guitarra), que ha permanecido en el grupo de forma intermitente. Red Hot Chili Peppers ha sufrido durante sus más de dos décadas de existencia la ida y venida de músicos debido principalmente a los estragos que las drogas hicieron con casi todos ellos. En los últimos tiempos, ya entrados en los 40, con familia e hijos adolescentes algunos, parece que han decidido limpiar sus cuerpos de sustancias y, hartos ya de viajes a los infiernos, se han centrado un poco más en causas sociales y motivos espirituales. Pero no por ello vamos a dejar de calificarlos como "pirados" en el escenario; recordemos que son habituales del nudismo en los conciertos (Flea sobre todo), los saltos imposibles y las excentricidades más retorcidas y absurdas. Por ello resultan tan divertidos, a mi modo de ver.

Para ilustrar un poco esta breve reseña sobre Red Hot Chili Peppers, he elegido una canción de su último disco, "Stadium Arcadium". El tema es "Tell me baby", en el que se plasma un poco el hecho de que todos tenemos en mayor o menor medida una historia y algo que contar, todo aderezado con los sonidos más identificativos e identificables de la banda californiana.

martes, 5 de septiembre de 2006

Starship troopers

Ayer tuve oportunidad de revisar "Starship troopers", película que había visto hacía unos seis o siete años y que me había resultado bastante original y entretenida. En su momento, el film fue mal entendido y mal digerido por el público, por lo que pasó a ocupar un puesto intermedio entre el cine de culto y el cine fácilmente olvidable (incluso se hizo una secuela en el año 2004, que no he visto ni tengo intención...)

Por supuesto, este post contiene spoilers en dosis suficiente como para que no quieras seguir leyendo si aún no has visto la película.

Leyendo alguna crítica para hacerme una idea de lo que significa este film para los espectadores he encontrado no dos, sino tres posiciones claramente diferenciadas: en primer lugar, aquéllos que la consideran una basura de serie B infumable, con actores pésimos, efectos especiales poco creíbles y argumento inexistente; en segundo lugar se encuentran los que han acertado a ver en el film una corrosiva crítica futurista a la militarización, a las películas de acción americanas, el patriotismo desmesurado y las invasiones alienígenas; y por último también existe un tercer grupo de críticos que, aún reconociendo la intención de la película, la deliberada actuación hierática de los protagonistas y la sátira bélica en la que se basa el argumento, afirman que se trata de una película mala.

Sin desmerecer a ninguno de los grupos arriba señalados (para gustos colores), yo me incluyo en el apartado que admira la cinta por su capacidad de ridiculizar aspectos estandarizados en las sociedades avanzadas (la rebeldía del hijo que se alista en infantería en contra de la decisión de sus padres, que quieren que vaya a la Universidad), el humor negro de muchísimas escenas sin llegar a caer jamás en lo cómico ni lo facilón ("muy buena elección hijo, la infantería ha hecho de mí el hombre que soy", le dice al joven protagonista el militar que recoge su solicitud para el ingreso en el ejército, sin piernas y con una prótesis de metal como brazo) y en general por un guión bien estructurado y una trayectoria coherente de toda la película.

Por supuesto, también veo defectos en la película, aunque para mí no eclipsen el resultado final. Las escenas de acción a veces saturan un poco, con demasiada descarga de munición durante demasiado tiempo y algunas peleas con los bichos son también un tanto repetitivas. Muchos se han quejado también del exceso de violencia de que hace gala el film, aunque en ese aspecto yo no tengo nada que objetar; una de las intenciones básicas de la historia son esos toques deshumanizantes que hacen que lo único que importe para los protagonistas sea la lucha contra los invasores alienígenas. Las escenas de los noticiarios, propios de un régimen totalitario haciendo gala de sus artes propagandísticas, también son motivo de discrepancia para muchos espectadores, cuando a mí me parecen uno de los aspectos más logrados de la película con la intención de mostrar precisamente ese control estatal de la información y de la ciudadanía.

Acerca del tan criticado reparto, Casper Van Dien no me gusta nada en general, pero precisamente en esta película creo que borda su papel de niño bien, puesto que no se requería de él más que lo que dio: inexpresividad total. Por su parte, Dina Meyer ya había protagonizado dos años antes otra película de ciencia ficción incomprendida, "Johnny Mnemonic" y Denise Richards daba el gran salto al cine aquí con un papel protagonista muy a la medida de su amplia y perfecta sonrisa. Apuntar que no creo que sea casualidad que todos ellos habían participado con anterioridad en varios capítulos de la exitosa serie juvenil de TV "Beverly Hills, 90210". En mi opinión, el director Paul Verhoeven sabía perfectamente qué tipo de actores quería y así los eligió, no se trata de ningún fallo de la película. Sobre Verhoeven, dirigió sus primeras películas en su país de origen, Holanda, dándose a conocer con "Delicias turcas", para algunos su mejor película. En Estados Unidos trabajó sobre todo el género de ciencia ficción con "Robocop" y "Desafío total", pasando luego al thriller sexual con la comentadísima "Instinto básico" (que me encanta, por cierto) y la fallida "Showgirls".

sábado, 2 de septiembre de 2006

Seven

A mediados de los noventa, cuando el género del thriller sufría un exceso de producción acompañado de una enorme deficiencia de ideas, surgió una película que revolucionó la manera de hacer cine a partir de entonces. "Seven" marcó un antes y un después en la sección del drama policial con malo, rizando el rizo cuando muchos pensaban que ya no había más que decir en cuanto al thriller.

Si a estas alturas aún no la has visto, aparte de incurrir en alguno de los pecados capitales seguro, no debes seguir leyendo (spoilers!).

La película, dirigida en 1995 por David Fincher, podía haberse convertido en una más de las miles de cintas que cada año contaban las aburridas historias de una pareja de policías que perseguían a un asesino en serie despiadado y juguetón. La presencia de dos actores conocidos como Brad Pitt y Morgan Freeman tampoco aportaba nada nuevo a la posibilidad de que la película fuera otro rollo efectista correcto pero sin nada por lo que mereciera ser recordado. Y sin embargo, "Seven" significó algo más.

Su innovación comienza por los posteriormente imitados títulos de crédito al inicio de la cinta, con un formato distinto y novedoso. En la presentación de los intérpretes se omitió deliberadamente el nombre de Kevin Spacey, por lo que sabíamos que había un malo pero no sabíamos quién era ni esperábamos la aparición en escena de nadie en concreto. Para mí ése fue uno de los puntos más positivos de la película. El ambiente en general está muy bien logrado, opresivo y tétrico, logrando causar ese desasosiego en el espectador tan necesario en una película de misterio. La trama se desarrolla de forma coherente, sin excesos interpretativos ni salidas de tono argumentales, aunque aportando eso sí los toques necesarios de efectismo (el cadáver que no está muerto, las escenas de biblioteca) que en este caso podemos entender como útiles al conjunto.

Pero personalmente creo que la grandeza de esta película reside en el final. Parece ser que el desenlace iba a ser otro y que el propio Pitt sugirió que la película terminara tal y como la conocemos. Yo soy de las que pensaba que no podía ser, que dentro de aquella caja no podía estar lo que John Doe decía que estaba, que era imposible tanta crueldad... Pues bien, era posible y además era el paso siguiente para la típica escena de enfrentamiento poli bueno - asesino malo. Y mientras Doe te saca de quicio por su actitud impertérrita, Brad Pitt interpreta desde mi punto de vista una de las mejores escenas de su carrera, con un sufrimiento tal que el dolor traspasa la pantalla. Y cuando crees que alguien lo va a evitar, que va a pesar más la cordura, que todavía hay diferencia entre el bien y el mal... el malo gana. Y te quedas frío en el asiento. Increíble.

La película conmocionó el género del thriller, siendo torpemente imitada por muchas producciones en los años siguientes. Por entonces, la carrera ascendente de Brad Pitt era imparable y con elecciones bastante acertadas, alejándose en gran medida del rol de policía de "Seven". Por su parte, Morgan Freeman creo que decidió peor y tiró del hilo, anclándose en el mismo papel de detective al borde de la jubilación durante demasiadas películas. Mención especial requiere también el director David Fincher, que después de haber hecho la insoportable "Alien 3" nos sorprendió con "Seven", a la que siguieron la muy buena "The Game", la mejor aún "El Club de la Lucha", y la pasable "La habitación del pánico" en 2002. Y todo eso procediendo de la dirección de vídeos musicales, para que luego digan :P

viernes, 1 de septiembre de 2006

Territorio Comanche

Precisamente hoy, mientras "Alatriste" aterriza con gran estrépito en las pantallas de todos los cines españoles, se me ha ocurrido hacer una breve reseña de la única novela de Arturo Pérez-Reverte que he leído hasta la fecha, "Territorio comanche". Se la recomiendo a todo el mundo no sólo porque se lee en un par de horas, sino porque aporta todo lo bueno de la novela mezclado con ciertas características del reportaje periodístico y la innegable genialidad narrativa de su autor.

Creo recordar que leí este libro sobre el año 1997, recién terminada la carrera de periodismo y todavía debatiéndome entre la ilusión por el mundo de la comunicación y la rebelde aprendiz de escritora que pujaba por salir de mi interior. La novela me encandiló, me vendió todo lo que quería comprar y me generó la típica envidia de todo narrador novel: "yo quiero escribir así". Sin ser uno de los ejemplos típicos de la literatura de Pérez-Reverte, más bien al contrario, pues se trata de un estilo que el escritor de Cartagena ha cultivado poco, muestra la increible capacidad creativa y claridad de ideas de uno de los autores más prestigiosos y más leídos de nuestra época.

La novela cuenta una historia de amistad laboral y personal en el marco de la guerra de Bosnia, la última que cubrió Arturo Pérez-Reverte como periodista. Las obsesiones por el trabajo, por mostrar las cosas como tú las ves en medio del conflicto, la necesidad de sobrevivir en un lugar hostil en el que no sólo está en juego lo material, sino vidas humanas, y cómo es necesario relativizar todo lo que ocurre alrededor para no enloquecer. En un paisaje realista, Reverte tomó vivencias propias de su amplia experiencia en conflictos bélicos durante años para configurar un relato crudo visto a través del objetivo de una cámara de TV.

Cuando se publicó "Territorio comanche", en 1994, ya habían visto la luz algunas de sus novelas más conocidas, como "El maestro de esgrima", "La tabla de Flandes" o "El Club Dumas", todas desarrolladas o tocando en algún punto la historia de hace tres siglos. Sin quitarle en absoluto mérito a uno de los autores españoles más vendidos de todos los tiempos (posiblemente sus competidores en el mercado literario estén ya muertos), siempre me ha dado pereza leer alguna otra novela suya, puesto que el género histórico nunca ha sido mi fuerte y en algunos casos su forma de escribir me ha resultado un tanto espesa para mi simplón montoncito de neuronas. Creo firmemente que muchos leen a Reverte porque está de moda, algo de lo que también intento escapar; ser popular no siempre es sinónimo de ser bueno (aunque tampoco está reñido, ojo, y me atrevo a afirmar que menos aún en este caso).

Uno de los grandes canales de conocimiento a gran escala que ha tenido la literatura de Pérez-Reverte ha sido también el cine. Se han adaptado a la gran pantalla siete de sus novelas y él mismo ha colaborado en el guión de otras dos producciones como autor de la historia original. En concreto la adaptación de "Territorio comanche" realizada en 1997 por Gerardo Herrero me pareció correcta, fiel a la novela original y entretenida, pero tampoco nada espectacular. En general, estas películas han tenido resultados dispares, pero han ayudado a promocionar los libros del escritor español tanto en nuestro país como en el extranjero y (de esto me alegro más) a acercar la lectura a un gran sector de la sociedad que no la consideran importante. Al fin y al cabo, la mejor manera de aprender siguen siendo los libros.

PD. Posiblemente veré "Alatriste" próximamente. Advierto que mi pasión por Viggo Mortensen es notable así que iré predispuesta a un veredicto favorable.