lunes, 30 de diciembre de 2013

Y yo con estos pelos

Pues eso, que se acaba el año y casi me pilla sin despedirme ni nada. He estado muy ajetreada últimamente, entre el trabajo y mi navideño viaje a Santiago de Compostela, típico por estas fechas. 

He mantenido el blog a duras penas y me ha costado mucho sacar hueco para postear algo decente. Malos horarios laborales y mucho cansancio son los principales culpables de que este espacio ya no sea lo que era ("y nunca fue gran cosa...", diría alguien cercano :P ), pero aún así seguiré manteniendo Lillusion para que os paséis de vez en cuando e intentaré ir publicando todo lo que tengo pendiente. Os dejo mi última autofoto del año, subida hace unos días a Instagram.

Por lo demás, disfrutad de los últimos coletazos de este año y de la entrada del nuevo!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

El gato del rabino

Por sugerencia de Exseminarista ye-ye, leí hace unas semanas la serie completa de El gato del rabino, un cómic dibujado y guionizado por el francés Joann Sfar. Hasta el momento se han publicado cinco números: "La bar-mitzva", "El Malka de los leones", "El éxodo", "El paraíso terrenal" y "Jerusalén de África". 

Estaba previsto que la saga continuara, pero el último tomo se publicó en 2006, así que las probabilidades de que Sfar continúe con esta línea son más bien bajas. Además, en 2010 el propio historietista dirigió una película de animación centrándose en esta obra, de la que hablaré próximamente, cerrando quizás con ella la posibilidad de continuar escribiendo sobre este peculiar gato.

"El gato del rabino" nos acerca las peripecias de un gato que, un buen día (y tras comerse al loro, todo hay que decirlo), comienza a hablar. Y el problema no es que hable sino que se comunica con su dueño, un rabino de Argelia, con total seriedad y cordura para informarle de que quiere convertirse en un judío adulto y celebrar su bar-mitzva

A partir de ahí inicia una serie de debates filosóficos con el rabino para convencerle de algo que el hombre considera aberrante. El gato desquicia al rabino analizando los textos sagrados y poniendo en tela de juicio todos los preceptos de la Torá que el rabino cumple a pies juntillas sin dudar. Todo cargado, eso sí, de cierto toque de humor que hace de las discusiones humano-felino algo casi surrealista.

Al mismo tiempo el gato profesa un profundo amor a la hija del rabino, Zlabya, a la que quiere proteger y defender en todo momento. Pero a lo largo de los cinco números de la serie esa relación se verá modificada debido al matrimonio de la chica con un joven y estirado rabino francés y a la aparición de otros personajes. 

Uno de los más destacados será el Malka de los leones, un apuesto pariente de la familia que se gana la vida contando viejas historias, siempre acompañado de un imponente león que se convertirá en fiel amigo del gato.

Un viaje a Francia, tierra natal del nuevo marido de Zlabya, y posteriormente la relación que la familia inicia con un pacífico artista ruso exiliado de su país en guerra y otro ruso alcoholizado y vividor, sediento de adrenalina, marcarán las andanzas de los siguientes números, enriqueciendo las vivencias del curioso felino. 

Entre todos ellos, humanos y animales se crearán unos vínculos impensables en condiciones normales debido a sus creencias.

El quinto número rematará con la búsqueda a través de tierras africanas del paraíso prometido, un nuevo Jerusalén en el que deberían hallar la cuna del judaísmo y que sin embargo les lleva casi a resquebrajar las bases de su fe. La sensación de libertad y el dolor de la tragedia se unirán aquí al cúmulo de sentimientos que provoca esta lectura.

Las historias de cada cómic son en cierto modo independientes pero la línea argumental principal se mantiene centrada en el rabino y su gato, narrador omnisciente y presente en todo lo que ocurre. Aunque el tercer número para mí es el más flojo, en general la serie mantiene un alto nivel de calidad, con un dibujo a color muy expresivo y sobre todo unas interesantes reflexiones sobre el judaísmo, las diferencias religiosas y el comportamiento humano dependiente del credo que se profese.

Joann Sfar publicó "El gato del rabino" entre 2001 y 2006. En España la segunda edición de esta divertida fábula sobre el judaísmo corrió a cargo de Norma Editorial en el año 2007.

Puntuación: 
El gato del rabino: La bar-mitzvá: 7
El gato del rabino: El Malka de los leones: 7
El gato del rabino: El éxodo: 6
El gato del rabino: El paraíso terrenal: 8
El gato del rabino: Jerusalén de África: 8

jueves, 28 de noviembre de 2013

Sputnik, mi amor

Mi admiración por la literatura de Haruki Murakami sigue creciendo. Ha conseguido que todos los libros suyos que he leído hasta ahora me hayan transmitido multitud de sensaciones. Cierto es que casi todos corresponden a la etapa del escritor menos filosófica y con toques más occidentales, pero desde luego es difícil mantener un nivel tan alto de calidad e interés en todas las publicaciones y este autor lo está consiguiendo.

"Sputnik, mi amor" es un libro publicado originalmente en japonés en 1999 y cuya primera edición española vio la luz en 2002. En él Murakami incide, como en otras ocasiones, en la vida interior de sus personajes, sus temores y sus dudas a la hora de enfrentarse a las situaciones que se le presentan. Situaciones, todo hay que decirlo, que muchas veces se alejan de lo convencional.

*** Spoilers! ***

En este caso, "Sputnik, mi amor" aborda el enamoramiento de la joven Sumire de su jefa Myu, una mujer dieciséis años mayor que ella. Myu es una empresaria del sector vitivinícola seria y poderosa, casada pero cuya relación con su marido se limita a los negocios que gestionan en común. Sumire es contratada y casi "adoptada" por Myu, que se esfuerza por enseñarle todo lo que sabe del mundo del vino. Ambas mujeres se profesan una mutua admiración y desarrollan una relación muy especial que, sin embargo, nunca podrá ser entendida de igual forma por las dos.

Este amor no correspondido es visto en la distancia por el narrador de la historia, un profesor íntimo amigo de Sumire, que siente por ella un cariño más allá de lo fraternal pero que nunca se atrevería a revelárselo. La repentina desaparición de Sumire en una isla griega, en la que ambas mujeres estaban de vacaciones, unirá a su amor platónico Myu y a su mejor amigo el profesor en su interés por descubrir qué le ha podido ocurrir a la chica.

*** Fin de spoilers! ***

Con ciertos toques espirituales, rozando casi lo sobrenatural, Haruki Murakami consigue de nuevo que todo esté en su sitio y que las partes más raras del libro se integren de modo coherente en la historia. Sus personajes vuelven a ser el punto fuerte de la novela, hombres y mujeres con caracteres muy marcados, con defectos que podrían hacerlos dignos de amor u odio por igual, muy conscientes de sus debilidades pero quizás no tanto del gran poder que ejercen sobre los demás. Son personajes que casi nos obligan a zambullirnos de lleno en sus vidas, a querer saber más de sus experiencias, a entender cómo piensan y a encontrar esos nexos que los entrelazan y acaban tejiendo una intensa historia literaria.

Y poco más que decir. Literatura de la buena, que se lee muy fácil y que cuenta muchas cosas con poco relleno. Está presente en todo momento el estilo de Murakami y su especial forma de tratar estas pequeñas historias de amor que han hecho de sus obras auténticos éxitos a nivel mundial.

Puntuación: 8 sobre 10. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Dragón de amigurumi

Hace unos meses recibí un encargo de un seguidor habitual del blog. Me pedía que le ganchillara un dragón de amigurumi para una amiga. Mi susto inicial fue notable, ya que un dragón no es un animal simple y, por las imágenes que fui seleccionando en internet, la obra iba a requerir mucho esfuerzo. Como mi lector me dejó vía libre a la hora de elegir modelo, colores, etc, me aventuré en las páginas de amigurumi para encontrar algo que se adecuara a lo que me solicitaban.

Tras una intensa búsqueda de dragones de todo tipo y condición, me quedé con un patrón original de Lucy Ravenscar, una verdadera fuera de serie en esto del ganchillo. La autora compartió libremente el patrón de este "Fierce little dragon" en su blog y yo seguí paso a paso sus indicaciones para elaborar el dragoncito que veis en las imágenes. Una alumna aventajada de mi curso de amigurumi, fan incondicional de los dragones, ya me había hablado de la existencia de este patrón en concreto, que incluso está traducido al español con el permiso de la creadora.

No voy a decir que sea un trabajo fácil, porque sin duda no lo es. Requiere bastante tiempo y coser (oh, coser, qué angustia!) todas las partes que conforman el bicho: cuerpo, orejas, patas cresta y alas. El tamaño final del dragón es considerable, unos 35 cm. de cabeza a cola. En ambos casos decidí combinar distintos tonos de lana para enriquecer el efecto visual y utilizar ojos de seguridad de color en vez de negros. 

Este patrón exige además el conocimiento de algunos puntos más complejos que el punto bajo típico de todo amigurumi. Desde la TARDIS de Doctor Who que ganchillé hace un tiempo, no había realizado ningún trabajo tan complicado. Eso sí, creo que el tiempo y esfuerzo invertidos en los dragones merecieron mucho la pena.

El primer dragón que ganchillé fue el verde, y quedé tan contenta con el resultado que decidí sorprender a una amiga en su cumpleaños con otro rojo, que sabría que le encantaría. A pesar de que el encargo original llegó a su destinataria en julio, el segundo dragón no estuvo en manos de su dueña hasta hace apenas unos días, así que no quería publicar nada sobre ellos hasta ahora para no estropear la sorpresa.

Como siempre, las fotos no hacen justicia a estos adorables dragoncitos de amigurumi. Haz click en las imágenes para ampliarlas y verlos algo más en detalle.

martes, 12 de noviembre de 2013

Conductores, esa peligrosa especie animal

Conduzco desde hace poco tiempo, apenas un par de meses. Tengo el carnet desde hace más de 15 años pero nunca he tenido coche propio y, hasta ahora, nunca había necesitado conducir. Con la mudanza me he alejado unos cuantos kilómetros de mi lugar de trabajo y el transporte urbano no cubre en absoluto mis necesidades así que no me ha quedado más remedio que reciclarme al volante y echarme a la carretera.

Mi pareja me presta su coche. Sí, sé lo que estáis pensando: es un santo. Y no os falta razón, ya que dejar en manos de una (no tan) joven e inexperta conductora tan preciada posesión merece alabanzas sin fin. Sobre todo teniendo en cuenta que durante las primeras semanas dejé mi marca personal en el utilitario en forma de roces y rasguños. En mi defensa he de decir que la culpa no es mía, sino de la diabólica puerta del garaje y de esa columna móvil que todos conocemos.

Pero ése no es el tema que nos ocupa. Hoy quería hablar de esos otros conductores que siempre van con prisa, que nunca señalizan sus maniobras, que superan los límites de velocidad, que aparcan en doble fila o en vados, que te adelantan por donde ven hueco sea derecha o izquierda y que olvidan que la distancia de seguridad, como dice una amiga mía, se llama precisamente "de seguridad" por algo. 

No hay nada más estresante para un conductor novel que ver por el retrovisor al coche de detrás pegado a tu culo. El motivo más claro de este agobio es que la inexperiencia obvia de las primeras veces al volante hace que el coche pueda calarse con más facilidad y la sensación de que te van a embestir de un momento a otro es realmente desagradable. Como yo no puedo llevar la "L", ya que mi permiso de conducir tiene más de un año de antigüedad, nadie sabe que soy novata y sufro seriamente la falta de paciencia de los conductores que me suceden. Por suerte, no suele calárseme a menudo el coche pero esa situación me mantiene intranquila. 

Foto tomada de la web del canal de TV Cuatro.
En este tiempo que llevo conduciendo también he confirmado ese dato que todos conocemos ya aunque no vayamos al volante: el 80% de los conductores no conoce los intermitentes o directamente los ignora. La mayoría se limita a cambiar de carril sin más o a tomar desvíos sin ningún tipo de aviso previo. También existe el caso de los que sí señalizan pero al mismo tiempo que se incorporan a la vía, con lo que parece que quedan exentos de toda culpa y el frenazo y el susto te lo comes tú porque "eh, que yo puse el intermitente". Esto, en una autopista con varios carriles, no deja de ser más peligroso incluso que lo primero.

Por último están los que hacen barbaridades al volante, como adelantarte por encima de la acera y por el mismo lado hacia el que tienes señalizado que vas a girar, porque creen que estás tardando demasiado en realizar tu maniobra de entrada al garaje. Esa gente se salva de muchos disgustos porque el tiempo se cuenta por milésimas de segundo y porque la suerte a veces acompaña a quien no la merece. Y algún día hablaré también de los peatones, esos que van caminando por el arcén de la autopista alegremente, porque así acortan distancias, o los que cruzan las calles y carreteras por cualquier lugar porque el paso de cebra queda a unos lejanos 20 metros o porque los 50 segundos que tarda en cambiar el semáforo a verde les parecen excesivos.

viernes, 8 de noviembre de 2013

La marca del meridiano

Soy una fan incondicional de la literatura de Lorenzo Silva, pero he de decir que "La marca del meridiano" me ha parecido una novela bastante floja. A pesar del cariño que le tengo a los personajes de esta saga, los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, este libro no me ha enganchado como otros de este autor y me ha parecido demasiado complaciente con el lector. Y eso que mi predisposición era absoluta hacia todo lo contrario.

Lorenzo Silva aborda en "La marca del meridiano" una nueva aventura policíaca a cargo de los héroes patrios más cercanos, el brigada Rubén Bevilacqua y su partenaire laboral la sargento Virginia Chamorro. A estos dos personajes se les había unido ya en su anterior peripecia el guardia Arnau, un joven recién graduado que aporta cada vez más a este binomio benemérito. 

En esta ocasión, la Guardia Civil debe investigar la muerte violenta de un ex-compañero jubilado del Cuerpo, caso que se le encomienda al mejor, a Bevilacqua, que además mantuvo en el pasado una estrecha relación de amistad con el finado. Sus pesquisas destaparán una trama de corrupción policial al más alto nivel y pondrá a los protagonistas en una compleja situación de duda moral.

Los personajes principales de la saga desarrollan un poquito más sus caracteres en esta novela y en sus páginas también continuamos descubriendo su lado más humano. Fragmentos del pasado de Bevilacqua toman aquí forma para perfilar unas relaciones imperfectas que han marcado su devenir a lo largo de los años y lo han convertido en el casi cincuentón solitario, recto, comedido y afable que es, con sus habituales toques de sarcasmo. La investigación, que les lleva de nuevo a Barcelona y alrededores, vuelve a despertar en el veterano policía reminiscencias de aquella juventud en la ciudad condal cuando daba sus primeros pasos, ya no sólo como guardia civil sino también como adulto.

Pero fuera de ahí y desde mi punto de vista, la novela aporta poco al género. Quizás ahonda más en reflexiones filosóficas y vitales sobre el honor, el deber y la responsabilidad e incluso la territorialidad que otros libros de la serie y eso resulta en parte interesante, pero a mí en concreto no acabó de llegarme. El libro se lee bien pero no encandila ni interesa tanto como esperaba. Es demasiado estándar, diría yo, demasiado típico y un poco plano. Cierto que el desarrollo es correcto y los tiempos están perfectamente medidos para ir avanzando poco a poco hacia un final previsible pero aún así satisfactorio. En este sentido podríamos decir que "La marca del meridiano" es, en general, entretenido para una lectura sin pretensiones, pero recomiendo encarecidamente cualquier otro de la saga de Bevilacqua y Chamorro antes que éste. 

Acerca del Premio Planeta 2012 que le fue otorgado a esta novela, pues lamentablemente he de decir que el autor sí se lo merece, totalmente, pero no por esta obra en concreto. Cualquiera de las publicaciones anteriores de Silva tendrían para mí más entidad para haber sido distinguidos con éste u otros galardones. 

Puntuación: 6 sobre 10. 

martes, 29 de octubre de 2013

Memorias de un hombre en pijama

Pues continúo disfrutando del trabajo de Paco Roca, uno de los historietistas españoles más completos que me he encontrado últimamente. "Memorias de un hombre en pijama" es una recopilación de las tiras que el autor publicó semanalmente durante año y medio en el periódico valenciano Las Provincias, entre 2010 y 2011. 

Resulta un divertido compendio de anécdotas, reflexiones y cotidianidades de la vida diaria del profesional cuarentón que trabaja desde casa y que, en cierto modo, se niega a abandonar la parte de niño que todavía sobrevive en su interior.

He de decir que me he sentido identificada con muchísimas de las páginas de esta obra, quizás por la cercanía de edad con el autor. Algunas de las situaciones que expone son tan comunes en la vida social o de pareja que sin duda todos hemos pasado por ellas alguna vez. Paco Roca ha plasmado en viñetas esos momentos que se dan entre los nuevos jóvenes de entre 30 y 40 años, que se inician en la vida familiar y luchan por mantener su identidad frente a las presiones sociales.

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El resultado es una obra genial, a ratos muy divertida, con algunos toques algo más agridulces. Roca nos ilustra con realidades que nos tocan a muchos muy de cerca y reflexiones profundas, que no exentas de humor, sobre las relaciones personales. La paternidad, la fidelidad, el trabajo, la responsabilidad... temas inevitables en esas conversaciones de amigos que cualquiera de nosotros podemos mantener en una sobremesa. Las obvias pinceladas autobiográficas ayudan a que el mensaje llegue al lector con una carga extra de empatía.

A nivel gráfico, un trabajo muy correcto y expresivo, en la línea del autor valenciano. Sus cómis resultan siempre muy agradables y fáciles de leer, con una perfecta combinación de texto y dibujo en cada viñeta. Hasta ahora, todo lo que he leído de él me ha parecido maravilloso, no puedo decir más.


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"Memorias de un hombre en pijama" es un cómic muy recomendable para todo tipo de lector pero sobre todo para los que están en esa franja de edad en la que el "se te va a pasar el arroz" o "no has pensado en cambiar de trabajo?" resultan comentarios tan habituales como incómodos.

Puntuación: 10 sobre 10. 

sábado, 19 de octubre de 2013

Oblivion

Aunque Tom Cruise sigue siendo un actor que me echa bastante para atrás, decidí ver "Oblivion" y darle una oportunidad dentro de la surtida oferta de ciencia-ficción que puebla últimamente nuestros cines. Quizás haber visto "Moon" hace muy poco no era lo más adecuado para que esta película me encantara, ya que las referencias eran bastante claras y una parte del argumento me sonó a visto. 

Aún así, "Oblivion" tiene numerosos alicientes para ser un producto entretenido, entre los que destaca una fotografía muy vistosa y unos efectos especiales notorios. La interpretación de Cruise digamos que tampoco desluce el film, aunque sus compañeras de reparto femeninas acaban por eclipsarlo un poco. Quizás eso sea lo bueno, ahora que lo pienso. Por lo demás, la historia es muy interesante y, a pesar de algunas obviedades y tópicos esperados, está bien resuelta.

*** Spoilers! ***

Jack Harper (Tom Cruise) es un ingeniero de reparaciones en la Tierra de 2077, uno de los pocos que quedan. El planeta fue destruido casi por completo en la guerra contra una raza alienígena sesenta años atrás y allí ya sólo sobreviven algunos extraterrestres, "scavengers" que son detectados y eliminados por unos drones (pequeñas máquinas teledirigidas) que Jack se encarga de mantener a punto y recuperar cuando resultan dañados. 

Él y su pareja personal y profesional, Vika (Andrea Riseborough) conviven en una torre situada a varios kilómetros sobre el nivel del mar, recogiendo los escasos recursos que quedan en el planeta y siguiendo de forma estricta las órdenes que les son enviadas desde la unidad central. Pero un día Jack acude a auxiliar a una nave estrellada y en ella encuentra a una superviviente humana, que le hará dudar de su misión en la Tierra y de la realidad de su propia existencia.

*** Fin de Spoilers! ***

Sin ser un planteamiento brillante, es lo suficientemente bueno como para despertar el interés del espectador. Tarda en arrancar y eso desquicia un poco al principio, pero después la historia se va asentando y empieza a coger sentido. Ir descubriendo pequeños detalles de la trama antes de que se nos revelen no resulta tan descorazonador como en otros films al menos, aunque ciertamente "Oblivion" tampoco es el colmo de la originalidad. Tiene un par de buenos giros de guión y no peca de fanfarronería al respecto, como sí hacen otros realizadores menos inteligentes.

Podemos decir que es una ciencia-ficción bastante creíble, con la presencia estelar de un Morgan Freeman que para mí ya hace siempre de sí mismo (o de Kofi Annan :P) y una factura en general a la altura de lo que se espera. Entretiene, plantea cuestiones interesantes y tiene un final razonable para ser una súper producción de Hollywood; un final flojo puede deslucir cuando no arruinar dos horas de buen metraje.

El director de "Oblivion", Joseph Kosinski, tiene en su haber "TRON: Legacy", película que no me llama en absoluto y que quizás me hubiera echado para atrás (más aún que lo de Cruise) si llego a saber ese dato antes de meterme en el cine. Parece ser que "Oblivion" iba a ser en principio una novela gráfica, allá por 2010, con guión del propio Kosinski, pero según he descubierto en este interesante enlace ese cómic nunca llegó a ver la luz y sólo se utilizó como elemento de marketing para la película.

Tácticas un tanto sucias aparte, "Oblivion" es una buena película, con un poco de todo al nivel justo para entretener a casi todo tipo de público.  

Puntuación: 7 sobre 10.

lunes, 14 de octubre de 2013

Suzanne Vega en concierto

Cuando la semana pasada comenté a algunos amigos que iba a asistir a un concierto de Suzanne Vega, la mayoría de los comentarios fueron del estilo de "ah, pero sigue viva?". Pues sí, en efecto, sigue viva y en muy buen estado de forma por lo que dejó ver el pasado viernes en el auditorio de CajaCanarias en Santa Cruz de Tenerife.

El concierto estaba programado dentro del Otoño Cultural de la Fundación CajaCanarias, que durante octubre y noviembre tiene también previstas actuaciones de otros grandes artistas como José Mercé o Dianne Reeves. Las recaudaciones (las entradas cuestan sólo 10 euros) están destinadas casi íntegramente en todos los eventos a fines sociales.

El aforo del auditorio de CajaCanarias es muy reducido así que las entradas se agotaron enseguida. La sala lució un hermoso lleno, con un público que oscilaba entre los 30 y largos y los 60 años en su gran mayoría. Hay que tener en cuenta que la cantautora californiana cumplió este verano los 54 años y que sus mayores éxitos datan de finales de los ochenta, con aquel "Luka" que casi todos podemos recordar con nostalgia.

Acompañada por el guitarrista Jerry, Suzzane Vega interpretó durante algo más de hora y media casi todos sus temas clásicos, "Gypsy", "Marlene on the wall", "Left of center" (de la B.S.O. de la peli ochentera "Pretty in pink - La chica de rosa"), "In Liverpool", "Luka" y "Tom's Diner", algunas canciones de su último disco publicado hace ya cinco años, "Beauty & Crime", y también algún adelanto del nuevo proyecto en el que está trabajando. La artista mantiene una maravillosa voz y estuvo muy comunicativa con el público, aceptando incluso peticiones de algunos fans.

Y aunque tampoco es de sus últimas creaciones, una de las que más me apetecía escuchar en el concierto era "Caramel", un tema que Suzanne Vega compuso en los noventa pero que se popularizó gracias a la película "Closer" en 2004 y del que nos ofreció una versión acústica preciosa. Os dejo aquí con la grabación original de esta canción y os recuerdo que esta noche la cantante ofrecerá su última actuación en España, concretamente en la Sala Sinfónica de Ávila, por si os pilla cerca y os apetece disfrutar de su música un ratito. 

 

jueves, 3 de octubre de 2013

Las obsesiones de Lillu (II): Eléctrico sí, gas no

De toda la vida, en mi casa ha habido siempre cocina de gas butano. Los hornillos y la parrilla eran un infierno a la hora de limpiarlos y las ollas acababan ennegreciéndose por el uso. La cocina de mis padres disponía de dos fuegos eléctricos, pero nunca se usaban porque encarecían mucho la factura de la luz y no cocinaban igual. Yo no descubrí que había un mundo mejor más allá de la cocina de gas hasta que, con veintimuchos años, alquilé mi primera vivienda con vitrocerámica eléctrica.

El hecho de limpiar la placa con una pasada de paño era una sensación de relax que nunca había experimentado con una cocina de hornillos a gas. Ya lo de poder desentenderte del fuego sin el riesgo de que se apagara con una corriente de aire y el gas empezara a campar a sus anchas por la casa era el no va más. A pesar de las quejas de muchos usuarios de que las vitrocerámicas son más lentas y el sabor de la comida no es el mismo, para mí las ventajas de sistema de cocción eléctrico supera en mucho a las de uno a gas. 


Si hablamos de un calentador de agua, se me plantea la misma situación. Aquellos gritos infantiles y juveniles de "mamáaaaaaaaa, se apagó el calentador??!!" pasaron a la historia cuando entraron en mi vida los termos eléctricos. Nada de tener que encenderlo antes de entrar en la ducha (vale, hay calentadores a gas con encendido automático, pero por entonces no eran habituales) o tener que salir a medio vestir para cambiar la bombona. Eso si tenías bombona de gas de repuesto, claro está. Se os ha dado el caso de disponer de permiso sólo para una bombona de butano en vuestro domicilio? Pues a mí sí, y no mola nada cuando se acaba, os lo aseguro.

Cuando tenemos un calentador eléctrico nuestra única preocupación será, en principio, adaptarnos a su capacidad (vale, también puede haber cortes de electricidad y dejarnos con el culo al aire, literalmente, pero siendo sinceros no es lo habitual). Con un termo de 30 litros será más que suficiente para una ducha relajada y uno de 50 litros permitirá lo mismo a dos personas de forma consecutiva, teniendo en cuenta que el termo se vuelve a llenar y calentar en cuestión de minutos. Hay que tener cuidado con el tema de la presión (que suele ser la causante de que los calentadores revienten) pero, por lo demás, resulta un electrodoméstico mucho más cómodo para mi gusto que su homónimo a gas.

Lo de pedir la bombona ya era el súmum del incordio. En casi todas las ciudades es posible hacerlo por teléfono y pagarla cuando la entreguen (eso sí, dile tú a algunos butaneros que te la suban a un tercero sin ascensor, ya verás las risas). En Santiago de Compostela se podía pagar directamente en una oficina de la compañía de gas y dejar el resguardo de abono pegado en la bombona vacía, una idea cómoda y genial para evitar tener que estar pendiente de la llegada del butanero o arriesgarte a que te robaran el dinero de debajo de la garrafa. Es verdad que en otras ciudades se llevan también, además del dinero, las propias bombonas vacías, lo que dificulta mucho más el proceso de reponer tu gas, qué duda cabe.

Durante algunos meses también probé en uno de mis pisos el gas ciudad, con lo que se eliminaba el riesgo de quedarte sin suministro pero se mantenían los otros inconvenientes. Las noticias de explosiones de gas en domicilios tampoco ayudan a confiar demasiado en el sistema, la verdad, aunque eso no sea en mi caso el principal motivo a la hora de desecharlo como opción doméstica.

Por todo lo expuesto, tengo una ligera obsesión por que estos aparatos sean eléctricos. Es cierto que, obviamente, la factura de electricidad se ve incrementada, pero de esa forma unifico gastos y me ahorro problemas del estilo de "acuérdate de pedir hoy la bombona que mañana es festivo" o "cerraste tú el gas, no?" cuando estás a 200 km. de tu casa. Qué necesidad de añadir TOCs a nuestra ya de por sí complicada vida diaria, verdad? :D



Me encantaría saber qué os parece el gas butano a vosotros, si os es indiferente, si tenéis alguna obsesión similar a la mía en este sentido o si sois de las que, cada vez que llega el butanero, lo miráis con una sonrisa pícara y le sugerís "por favor, métamela en la cocina".

domingo, 22 de septiembre de 2013

Panificadora de Lidl

Sí, sé que casi todos los aficionados a la cocina habéis oído hablar de ella o incluso ya la teníais. La panificadora de Lidl es un clásico de los foros de pan y una recomendación encarecida de muchos de sus usuarios. En comparación con otras máquinas panificadoras dicen que la de la marca SilverCrest, exclusiva de Lidl, es la que mejor rendimiento y opciones tiene. Pues como anuncié hace unas semanas en este post, después de muchos años de dudas e indecisiones, finalmente me hice con ella tras la mudanza a mi nuevo piso. 

El caso es que disponer de una panificadora tiene muchas ventajas, que comento a continuación. La más importante para mí es que puedes tener pan recién hecho en cualquier momento, siempre que dispongas de los ingredientes. Las mezclas de harinas que venden también en Lidl te facilitan enormemente la ya de por sí sencilla tarea de elaborar un pan con la panificadora. Se trata simplemente de añadir agua templada y la mezcla de harinas en la cubeta, según las medidas que indica el propio paquete, programar el aparato y esperar pacientemente las 2-3 horas que tarda todo el proceso, sin preocuparte de nada más. 

Mi primer pan en la panificadora lo hice con la mezcla de Ciabatta y el programa de pan normal. Aunque la corteza quedó un poco blanda para mi gusto, el pan estaba rico y bien cocido. Otro de los puntos a favor de la máquina es que el pan siempre va a estar bien hecho si respetas las recetas. También probé la mezcla de harinas integrales, que salió muy rica. A partir de ahí, me aventuré a preparar los panes con harinas básicas (harina de fuerza, integral y de centeno) y según las recetas de mi libro "365 recetas de pan", con unos resultados más que satisfactorios. Los panes salen en general crujientes y con la miga firme. Aunque al día siguiente se ablanda un poco, las rebanadas tostadas en la tostadora quedan deliciosas. 

Si tengo que nombrar algún inconveniente de la panificadora sería quizás el molde estándar, que obliga a que todos los panes tengan la misma forma de pan de molde clásico. Además suele quedar siempre más alto de un lado que del otro, o al menos así me han quedado todos los panes a mí. Es posible sacar la masa de la máquina tras los amasados y levados, darle forma y cocerla en un horno normal, aunque es una opción que todavía no he probado. Sí he preparado ya masa de pizza con la panificadora y, aunque quedó un pelín pegajosa, al final pudimos extenderla bien añadiendo un poco más de harina y la pizza quedó deliciosa. Puede cocer también pan sin gluten, hacer mermelada y bizcochos, pero todavía no he probado esas opciones.

Otra desventaja es que al sacar el pan del molde suelen quedarle dos agujeros en la base, justo donde encajan los ganchos amasadores, y a veces eso hace que el pan se abra o se rompa un poco por debajo. Supongo que es un problema típico de esta clase de máquinas y, aunque afecta a la estética del pan y añade dificultad a la hora de cortar las rebanadas, tampoco es nada demasiado molesto. El pan más pequeño que se puede hacer es de 750 gramos, lo que resulta quizás un poco grande para nosotros, pero hasta ahora los panes han aguantado perfectamente hasta tres días en recipiente cerrado. La verdad es que estoy usando la panificadora entre dos y tres veces por semana y estoy totalmente satisfecha con la compra (suelen sacarla a la venta un par de veces al año, al precio de 50 euros).

Para mí, lo mejor de esta panificadora es que ahorra el pesado proceso de amasado a mano y controla a la perfección los tiempos de levado, con lo que enciendes la máquina y te despreocupas totalmente del pan hasta que finaliza el ciclo. También es posible programarla con varias horas de antelación para que empiece a hacer el pan a una hora concreta de la mañana y así tengas el pan recién hecho para el desayuno sin preocuparte de nada desde la noche anterior. Tampoco lo he probado, pero seguro que es una opción muy golosa para muchas personas. 

Por lo demás, recordar que ni Lidl ni SilverCrest me pagan por publicitar sus productos ni criticarlos en modo alguno :P Ah, y como siempre, las fotos hechas con el móvil no hacen justicia a los panes, que volaron en casa!  

domingo, 15 de septiembre de 2013

Las calles de arena

Paco Roca sigue siendo uno de los historietistas españoles que más me llenan. Después de leer hace unos meses "Arrugas" y "El invierno del dibujante", ambos cómics imprescindibles, esta vez le tocó el turno a "Las calles de arena", una obra publicada en 2009. Lo cogí en la biblioteca municipal sin apenas leer nada sobre el argumento pero, una vez más, el genial autor valenciano ha cumplido todas mis expectativas.

"Las calles de arena" nos narra cómo un joven, estresado por la vida diaria que le arrastra, se pierde un día en el casco antiguo de su ciudad. Llega tarde a una importante cita pero casi sin darse cuenta le cae la noche encima sin encontrar la salida. Cansado, sin poder comunicarse con su familia y en un barrio que se le antoja totalmente desconocido, no le queda más remedio que quedarse alojado en un peculiar hotel de la zona. 

Allí el protagonista se deja llevar por la apacible desidia que lo envuelve y cada vez le cuesta más tomar la firme decisión de salir de ese especial casco viejo que, realmente, parece no tener salida. Conocerá a personas que llevan años esperando su momento para emprender cualquier otra actividad, pero la falta de tiempo y el agobio de sus quehaceres diarios hacen que pasen los días sin que nada cambie en sus rutinarias existencias.

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Entre la imaginación y la realidad, cada paso hacia la libertad puede ocasionar un gran cambio que trastoque nuestro futuro y de ahí que sea tan difícil encontrar una vía de escape para el acomodamiento que a veces nos embarga. Esa sensación de vivir en un bucle interminable de tensiones y convenciones sociales está perfectamente reflejada en cada uno de los inquilinos del gigantesco hotel en el que se aloja nuestro amigo, que acabará por asumir esa existencia como una locura casi necesaria.  

La situación crea un claro ambiente de reflexión. El cómic, escrito y dibujado al estilo del realismo mágico, no oculta su intención de abofetearnos un poco para que muchos salgamos de las cárceles emocionales que suponen nuestras vidas diarias. Impecable tanto de dibujo como de guión, Paco Roca consigue una vez más crear una obra maravillosa y dejarme con ganas de leer más cosas suyas.

"¿Sabe cuál es el problema de la inmortalidad? La desidia. La inmortalidad es como las vacaciones de verano. Se apodera de ti la apatía, hay tiempo, todo lo dejas para mañana y al final nunca haces nada."

Puntuación: 8 sobre 10.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Django desencadenado

Aunque me declaro fan del cine de Quentin Tarantino, no todas sus películas me gustan por igual ni todas consiguen dejarme satisfecha. "Django desencadenado" es una peli normalita, un poco excesiva a ratos, con un guión quizás algo convencional para mi gusto y que no tiene nada demasiado novedoso ni destaca especialmente dentro de la filmografía del director.

De todos es conocido el gusto de Tarantino por homenajear a los géneros cinematográficos, sobre todo clásicos y poco trabajados hoy en día. En esta ocasión le ha dado por el spaguetti western, grabando escenas al estilo de las películas del Oeste de los sesenta y setenta pero actualizadas a su manera. El resultado es un tanto dispar para mi gusto. Pocas emociones en este film que a ratos toma aspecto de culebrón mexicano y en otras ocasiones de road movie a caballo.

*** Spoilers! ***

Un cazarecompensas alemán (Christoph Waltz) viaja por Texas en la época de la Guerra Civil americana. En uno de sus trabajos libera al esclavo Django (Jamie Foxx), que busca a su esposa recluida en la plantación de un orgulloso terrateniente (Leonardo DiCaprio). Ambos deciden ayudarse mutuamente para conseguir sus objetivos, llegando a forjar una curiosa relación.

*** Fin de Spoilers! ***

La película empieza bastante bien pero, a medida que avanza el metraje, se va desinflando y pierde totalmente la espontaneidad del inicio. No me molesta especialmente la violencia en el cine, pero cuando todo sucede de forma tan atropellada que no consigo centrarme en lo que veo, tiendo a mosquearme. Y en "Django unchained" algunas escenas carecen de sentido para mí, por lo que el visionado se vuelve un tanto insulso. A pesar de ello, este guión original de Tarantino fue reconocido como el mejor en la edición de los Oscar del año pasado.

Las interpretaciones, correctas, en la línea de cada uno de los protagonistas: un Christoph Waltz acostumbrado ya a esos incisivos y juguetones personajes, que se llevó su segundo Oscar gracias a este papel, y un Leonardo DiCaprio que se crece cuando lo dirigen bien. Nada que objetar a la adecuada banda sonora, también en la línea del genial realizador estadounidense, ni a la lograda puesta en escena, pero en general la película tiende a aburrir y a quedarse un poco lejos de lo esperado.  

Puntuación: 6 sobre 10.

martes, 27 de agosto de 2013

Niño y Pistola

Niño y Pistola, foto de Luis Díaz.
Buscando nuevos sonidos por Spotify un día me encontré con esta banda gallega que se hace llamar Niño y Pistola, fundada en 2004 y que trabaja un folk-rock muy british y agradable al oído. La formación, con Manuel H. Portolés como voz solista, ha fluctuado a lo largo de los años y ha contado también con la colaboración de ex-miembros de otros grupos gallegos como Siniestro Total o Los Limones.

Actualmente tienen cuatro discos en el mercado y con el paso del tiempo han evolucionado hacia un sonido algo más electrónico y con tendencias más americanas. Para mi gusto hacen una música increíblemente buena. En los próximos meses se los podrá ver en concierto en varias ciudades gallegas y en otros puntos de la geografía española como Madrid o León. 


Os dejo con uno de sus temas, "Medication", a ver qué os parece. Está incluido en su primer trabajo "Como un maldito guisante", publicado en 2006. En YouTube sólo he encontrado el principio de la canción en un festival, pero podéis escuchar el disco completo en Spotify en este enlace.

 

viernes, 23 de agosto de 2013

Europesadilla: Alguien se ha comido a la clase media

"Europesadilla: Alguien se ha comido a la clase media" es el primer libro que leo de Aleix Saló, autor catalán conocido por su participación en la revista El Jueves y principalmente por una de sus anteriores obras, "Españistán: Este país se va a la mierda" (2011). Con una profunda vena crítica y un interesante tono didáctico, Saló explica el nacimiento, la evolución y la actual situación de la Unión Europea a través de viñetas y textos cortos de fácil comprensión.

Aunque el principal ingrediente de este libro publicado este mismo año es el humor, el escritor hace una amplia revisión histórica del contexto europeo y muestra las realidades más crudas del momento que le ha tocado vivir a España como miembro de la UE, a nivel político, económico y social. Para los neófitos en cuestiones de economía (como yo), el libro aclara unos cuantos puntos clave para entender dónde estamos y cómo hemos llegado hasta aquí. El lenguaje es plenamente accesible y el tono cómico del libro lo convierte en una lectura muy amena. 

Para promocionar tanto este libro como alguna de sus obras anteriores, Saló realizó cortometrajes de animación a modo de book-trailers, una técnica usada cada vez más en las editoriales para publicitar sus próximos lanzamientos. Como en esta clase de publicaciones no hay spoilers propiamente dichos, os dejo el vídeo de "Europesadilla" por si queréis echarle un vistazo y así os hacéis una idea de lo que os encontraréis en el libro.

Se trata en definitiva de un libro divertido y entretenido, con un interesante repaso histórico y mucha crítica constructiva. Aleix Saló repite una fórmula literaria que le funciona a la perfección y consigue arrancar de los lectores unas cuantas sonrisas a pesar de que la situación que nos expone tenga más bien poca gracia.

Puntuación: 7 sobre 10.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Lillu New Home Edition

Ay, madre...
Por fin! Mudanza finalizada (aproximadamente, a falta de unas cuantas cajitas que aún hay que revisar...) e instalación de Lillu New Home Edition completada! Ha sido duro, intenso y en su transcurso he consumido toda la semana de vacaciones pero ha merecido la pena. La adaptación está siendo mejor de lo esperado, sobre todo para el elemento gatuno de la familia que ha encontrado miles de recovecos en los que esconderse, olisquear, rascar, dormitar y esas otras mil cosas que hacen los de su especie habitualmente.

Elemento gatuno adornando el salón
Tras el shock inicial en modo "de dónde salen tantas cosas?" pasamos al "dónde vamos a meter tantas cosas!" y tras atiborrar altillos, estanterías y armarios nos ha quedado el espacio suficiente para hacer vida normal. Todo lo normal que puede considerarse nuestra vida, claro, que no es mucho tampoco :P

Como en toda empresa de este calibre que se precie, la mudanza ha conllevado también los típicos daños colaterales: una taza rota, una sandwichera cortocircuitada, una regleta ídem, una bufanda deshilachada en su primera lavadora, mi ordenador dando sustos e innumerables cortes, arañazos, ampollas y sequedades en nuestras manos tras embalar, desembalar y montar cosas. Por lo demás, todo en orden. 

Mi ordenador dando sustos
En el transcurso de esta agotadora mudanza también he encontrado el momento de cumplir una de las mayores inquietudes de los últimos años: comprarme la panificadora de Lidl! Llevaba mucho tiempo dándole vueltas y nunca me decidía. Finalmente, y aprovechando que tenía un hueco ideal para ese aparato en mi nueva cocina, decidí adquirirla y probarla. El resultado ya lo comentaré con más detalle cuando experimente un poco más con ella, aunque puedo decir que el primer pan, sin ser del todo satisfactorio, ha sido consumido íntegramente por el núcleo lillusiano en apenas dos días.

Panificadora elaborando su primer pan.
En breve también volveré a mis habituales reseñas, que tengo pendientes libros, series y pelis por comentar desde hace milenios. 

martes, 30 de julio de 2013

Contra la acumulación compulsiva... mudanza!

Pues sí. Lo mejor para verte obligado a seleccionar pertenencias, tirar unas cuantas o regalar parte de tus valiosas posesiones es una mudanza. La mayoría de los seres humanos tendemos a acumular objetos que, a la larga, demuestran tener un escaso uso o valor real. Dejando aparte el consabido valor sentimental de muchos de ellos (la camiseta que me puse en aquella primera cita, el papelito donde apunté su teléfono, el peluche que me regaló tal persona en tal día especial...), muchos de nosotros tendemos a almacenar en cajas, cajones o montones sin más cosas que tarde o temprano tendremos que tirar. Más que Síndrome de Diógenes como tal, yo encajaría quizás más en el Síndrome del acaparador compulsivo, que tal y como relata la wikipedia también puede tener puntos en común con el primero aunque no es exactamente igual.

Ahora que estoy de mudanza y me veo en la obligación de seleccionar lo que quiero trasladar a mi nueva casa y lo que no, se me ocurre una curiosa lista de cosas que la gente (o al menos yo y alguno de mis allegados) suele acumular de forma compulsiva e irracional:

- Entradas de cine: Un gran clásico. Quién no ha guardado alguna vez ese pase para una película por la que llevaba tiempo esperando o a la que fue con una persona especial? O simplemente por coleccionismo. Pues bien, señores, una mala noticia: con el tiempo las letras de esas entradas se van borrando y ya no sabes ni qué película fue ni cuándo fue. La mejor opción será a partir de ahora hacerse una foto en la entrada con el cartel de la película y la persona o personas con las que acudamos a verla. Seguro que durará más. 

- Revistas: Otro clásico de la acumulación. Durante muchos años, fui compradora semanal de Gigantes del Basket y ya en la universidad decidí hacer lo propio con Fotogramas. Estoy hablando de que tengo todos los números de la primera de unos 4-5 años, de finales de los 80 (así a ojo serán unos 200 ejemplares), todavía guardados en algún trastero en la socorrida casa de mis padres. Los Fotogramas no se pudieron salvar todos y en mis últimas vacaciones hice una limpieza grande y tiré la mayoría, conservando sólo los más antiguos que datan de 1992. Cuando dejé de comprar esa revista de cine ya la influencia de Internet era tan notable que se hacía un poco ridículo guardar todo ese papel.

- Ropa: Ay, queridos lectores, un gran clásico de los "por si". Esto lo guardo "por si" algún día tengo una boda; esto otro "por si" un día voy a la playa; esta camiseta "por si" algún día vuelvo a engordar esos 15 kilos que tanto me costó perder; este pantalón "por si" un día acudo a clases de equitación... En fin, que tendemos a acumular ropa usada o incluso sin estrenar bajo el epígrafe mental de que a lo mejor algún día nos hace falta. Olvidamos que hay una corriente de tendencias que hace que, si algún día se nos presenta la ocasión de volver a ponernos esa prenda en cuestión, posiblemente las hombreras ya hayan pasado de moda (o todavía no hayan vuelto), los pantalones pescador ya llamen la atención por su condición hortera y las camisetas de colores chillones se relacionen con una clase de usuarios con los que no queremos vernos directamente relacionados así de primeras. Pues no, en caso de necesitar ropa, en el 95% de las ocasiones decidiremos adquirir algo nuevo a un módico precio y esas prendas usadas y celosamente guardadas en bolsas al vacío y cajas con naftalina seguirán ahí acumulando olor a cerrado y amarilleando.

- Películas en VHS y cintas de cassette: Como bien ilustra la foto de arriba, todavía tengo películas en formato VHS, y lo que es peor, un vídeo para reproducirlas. Lo que ocurre es que la calidad del visionado es ya deficiente en comparación con la de un DVD, ocupan bastante más espacio y la tendencia es, lógicamente, a que se conviertan en una reliquia de coleccionista con íntima relación con el colega Diógenes. Yo estoy deshaciéndome de las que ya tengo en formato DVD, aunque reconozco que las demás aún seguirán conmigo por tiempo indefinido. Vale, y "Jungla de Cristal" la mantengo en ambos soportes, qué pasa :P Con las cintas musicales en cassette ocurre prácticamente lo mismo, qué os voy a contar. Por suerte, las mías están en el santuario paterno, donde todavía hay hueco para guardar esas cosas y la acumulación familiar es mucho más acusada que la mía así que tampoco peligran. Sí, incluso las de carátula fotocopiada están allí...

Y ahora que yo me he confesado os toca a vosotros. Cuáles son esas cosas a las que estáis apegados y de las que os cuesta desprenderos? Necesitáis también una mudanza para deshaceros de los objetos inservibles que vais acumulando sin querer?